Lo sabemos, siempre te han gustado los perros. Desde que eras pequeñito has tenido uno en casa. Es un amigo fiel, obediente, compañero inseparable y muy inteligente ¿Quién no ha enseñado alguna vez a su perro a dar la patita?
Una vez aprendido esto, empiezas con ordenes sencillitas y le enseñas a que se quede quieto, a que se haga el muerto y a que coma solo cuando le autorices. Y ya te vienes arriba, y pruebas con las más complejas para que te traiga las zapatillas en la boca cuando te sientas en tu sofá favorito, saque la basura por la noche, friegue los platos…. quizás no podrá con todos, pero más de uno te lo dejará brillante a lengüetazos. Es tu mejor amigo y hará lo imposible para complacerte.
Pero de un tiempo a esta parte, empiezas a oír aquello de los beneficios de los gatos y te atrae la idea. Tu por supuesto no tienes ni idea de como son, ni de su comportamiento y mucho menos, de sus pautas de comportamiento. Por eso nosotros vamos a intentar explicarte desde aquí que es un gato.
Para que te hagas una idea, un gato se parece a ese vecino tan simpático y locuaz que se acaba de mudar a tu comunidad. Un día se presenta en tu casa pidiendo una tacita de arroz contándote una película de por qué no tiene arroz en casa, otro día te pedirá un cartón de leche, el Cola Cao y los Donuts para desayunar con los mismos argumentos peregrinos. Cuando quieras darte cuenta, lo tienes en casa cenando todos los días.
Con los gatos te pasará algo parecido, tu crees que llega un nuevo miembro a la familia y eso no es así. Asúmelo desde este momento: tu estarás pagando la hipoteca, pero la casa es suya.
¡Ah! Y olvídate de querer enseñarle a que haga cosas como el perro, porque eres tu el que tienes que complacerle a el ¿te gusta pasar muchas horas delante del ordenador? A el también, sobre todo cuando estas delante de la pantalla. Hará como que está distraído, que la cosa no va con él, que pasaba por allí…pero ahí lo tienes, con el culo delante de tu cara o sentado encima del teclado. No olvides que lo más importante es el y no le estas prestando la atención suficiente.
Todo gato en su interior lleva un ángel y un demonio. Empiezan siendo adorables bolas de pelo que dan ganas de acariciar, de achuchar por lo esponjosos y blanditos que son, pero que olvidamos que sus hermanos mayores son los grandes felinos y aunque sus uñas no tengan la capacidad de destriparte, si las tienen para que te lleves unos cuantos puntos y una hermosa cicatriz.
Pero eso no es lo que habitualmente ocurre con tu nuevo amigo peludo, muy mal le tienes que caer para que te arañe, ya que si le estas agobiando lo podrás observar mediante su lenguaje corporal: mueve la cola de lado de lado, como lo haría un perro, pero con movimientos más suaves.
La experiencia de tener un gato es tan maravillosa como tener un perro. Pero desde el primer momento hay que dejarlo bien claro: son sensaciones diferentes e interacciones diferentes con su familia y el entorno.
Los gatos no hay que sacarlos a pasear como los perros ni te van a dar la patita cuando se la pidas…a no ser que saquen algo a cambio. Los perros quieren complacer a sus amos, los gatos quieren complacerse a si mismos. Reconocen su nombre, pero te puedes dejar el gallillo llamándoles que a la hora de la siesta no te van a responder (y pueden llegar a dormir hasta 16h diarias) para recordarlo de repente a la hora de la comida. Es parte de su encanto: “Yo voy cuando quiero, no cuando me llamas”.
Con respecto a la comida, los mininos son diferentes a los perros. Lo perros se lo comen todo, mientras que los gatos son digamos mas “selectivos” con lo que comen. Puede que les encante una comida y de pronto la rechacen porque se han cansado
¡y evita que coma rápido!
Su sistema digestivo es muy delicado, y de hacerlo, te va a acabar regurgitando la comida sin digerir por el pasillo. Ellos saben distinguir muy bien entre un trocito de jamón dulce de paletilla ibérica 5 estrellas en todo su jugo, al jamón de york de barra que estaba de oferta en el Super de la esquina. Créeme, no lo vas a engañar.
Luego están los juegos. No, no te va a traer el palito en la boca como Firulais y dártelo en la mano, ellos son más de correr por los pasillos a la una de la madrugada dando saltos sobre la cama mientras suelta un agudo ¡miaooooo! Si tienes problemas cardiacos, adopta una tortuga (estas no son de correr mucho)
Y ya que hablamos de infartos, el sofá, las cortinas nuevas, tu sillón favorito…no importa si te has gastado 300€ en un árbol rascador con tres plantas, solárium y cama con cojines de pluma de ganso, ya sabe que tendrás que aguantarte el corazón con los dientes, para que no se escape del susto que te vas a llevar cuando se esté rascando en el sofá. Sabe que te duele y disfruta con ello.
Eh, no todo va ser esto, también se te subirá encima y mientras te abraza te ronroneará para que se te pase el disgusto mirándote a la cara con sus ojillos brillantes. Es el perfecto manipulador.
Y eso es porque son muy inteligentes ¿Sabías que el gato solo se comunica con maullidos con los humanos? Con sus congéneres no hace falta porque ya se entienden entre ellos con su lenguaje corporal, pero ellos son capaces de modular diferentes tonos en función de como vayamos aprendiendo, y así sepamos exactamente lo que quieren. Por supuesto, de vez en cuando irá girando la cabeza para asegurarse de que le sigues y que estas entendiendo sus instrucciones.
Y ya que hablamos de inteligencia, son capaces de aprender abrir puertas mediante la observación. Aún no han aprendido a echar la llave al cerrar, pero eso es porque no tienen bolsillos. ¡Y cotillas, son muy cotillas! ni la vieja del visillo que diría José Mota alcanza tal nivel de chafardeo.
Se pueden pasar la tarde mirando la calle desde las rejillas de un balcón, o mirando a través de la ventana.
Por todas estas cosas y más, los queremos con locura y con esta breve entrada queremos hacerte llegar nuestra pasión por ellos, también queremos aprovechar la oportunidad de dar las gracias a todos los adoptantes de Adyla, haciendo un collage con los animales que han adoptado desde nuestra asociación.
Puede que no estén todos los que son, pero si son todos los que están.
Y recuerda: siempre que puedas, adopta.